A no dormirse en los laureles

El famoso clásico del pacífico entre Chile y Perú tiene historia, tiene un condimento especial que hace que por ejemplo la sintonía en un partido como el de ayer pueda llegar hasta 62 puntos del total de televisores (con un porcentaje de audiencia dentro de los televisores encendidos de más de 80%) en Chile, en Perú es similar.



Algunos chilenos miran hacia abajo al fútbol peruano (con algo de razón), y por lo mismo llegan a negar incluso la existencia de un "clásico" con nuestros vecinos del norte (les gustaría a ellos seguramente que nuestro clásico fuera con Argentina). Pero lo cierto es que todos sabemos que siempre, como una ley de la vida, los litigios, discusiones, reyertas entre naciones (o regiones) trasuntan al fútbol. Hace tiempo que los partidos con Argentina son totalmente normales dentro y fuera de la cancha (producto de la normalización y mejora de las relaciones entre ambas naciones), en cambio más allá del nivel futbolístico de Chile o Perú las tensas o a ratos bipolares relaciones entre estos condimentan fuertemente al clásico del Pacífico.

Hablando ya del partido, Chile fue tan superior que asusta, asusta que más allá de todo lo que pueda decir Bielsa los muchachos se crean el cuento y se confíen demasiado ante el próximo rival (que sin duda es muchísimo más peligroso que Perú), un rival no solo directo, un rival que juega bien y que más que la historia está preocupando por su presente y actualidad. Tienen jugadores técnicos, tienen jugadores fuertes. Abreu no es bueno con los pies, pero sabe con la cabeza y le pone "huevo" como pocos. En fin, un rival durísimo quizás si el partido clave de todas las eliminatorias. Si le ganamos a Uruguay podemos respirar tranquilos, si perdemos nos metemos de nuevo en el complicado lote y ahi cualquier cosa puede pasar.