viernes, 16 de julio de 2010

Informe especial sobre Harold



Harold, un personaje contradictorio por esencia.


Miniesbozo biográfico.


Harold comenzó en "esto del fútbol" (como odio ese lugar común), por allá por los grises 80, grises por decir lo menos en este país. Bajó de Antofagasta a Stgo, era periodista, tenía un buen nombre y no sabemos si algún buen pituto.

El bueno de Mayne-Nicholls entró a La Nación, siendo lo que es y, más aún, siendo lo que era La Nación en aquel tiempo (nada más ni nada menos que el órgano oficial de difusión de la dictadura militar, una especie de Pravda pinochetista). En dicho tabloide se desempeñó escribiendo sobre fútbol chileno. Escribió mucho por entonces, se puede decir que ejerció la labor de periodista deportivo en plenitud y que conoció las grandezas y, sobre todo, las miserias del oficio.

¿Las contradicciones donde están? Se pregunta el aguzado lector. Pues justamente vienen ahora, a no desesperar: Tras llegar los veloces 90 lo vemos ingresar a la FIFA donde el intrépido Harold (una vez finalizada la dictadura, o sea una vez que La Nación cambió hasta al portero) llegó de carambola a ser un funcionario destacado y desde allí (ya en la década que acaba de concluir) a presidir el fútbol chileno. Hasta ahi todo normal, lo interesante comienza aquí: Una vez en el poder se reunió con Ruiz Tagle y ante una insinuación del capo colocolino sobre sus preferencias políticas Harold hizo oídos sordos y se desentendió algo ofuscado. Quizás su años bajo el manto todopoderoso de la FIFA (que es mas o menos la versión laica del Vaticano) le habían enseñado que no hay nada más fácil que negar un pasado y que no hay nada menos elegante que mezclarse con los caudillos locales de algún color.

Posteriormente empoderado y confiado Harold vio crecer las loas hacia su gestión y, como es normal, el inevitable acicate al ego que aquello conlleva. Su nuevo rol lo llevó a enfrentarse repetidamente al cacique del cacique. El hombre definifivamente explotó cuando el pequeño millonario fue considerado el encargado del deporte nacional, allí Harold mezclando sus problemas personales con Ruiz-T en una histérica misiva cuestiona no solo a Ruiz Tagle si no que además al propio presidente Piñera.

contradicción 1: El hombrón le debe su carrera deportiva a la dictadura y sin embargo sus mejores relaciones como presidente del fútbol se dieron con Bachelet.

contradicción 2: Harold y su seguro de vida (Bielsa) han dicho en más de una ocasión no tener fines ni medios ni preferencias ni motivos ni preferencias ni colores políticos, pero ambos han acometido de distintas maneras en contra del actual presidente.


Contradicción 3: El último espectáculo de Mayne ha sido atacar a la prensa en general, algo que me recuerda trístemente al peor Nelson Acosta previo a la peor campaña de la selección en su historia, olvidando que el fue uno más de tantos, ni uno muy destacado siquiera, reporteros y periodistas deportivos que ciertamente han sufrido más de algún desprecio o mirada en menos del futbolista de moda. Si existe desprecio por la profesión lo que menos uno puede esperar es que venga de parte de alguien que estudió y ejerció exactamente la misma profesión, exactamente en la misma área de trabajo.

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