sábado, 24 de julio de 2010

Tanto va el cántaro al albo



Y bueno, pasó lo que tenía que pasar. Aunque reconozco que tuve la duda. En algún momento dudé si iría a optar por el "servicio público" o por su negocio/pasión (que no por ser un negocio necesariamente tiene que dejar de ser una pasión, o por otra parte no se puede negar que para muchos los negocios son la verdadera pasión, the real thing) en fin Ruiz-Tagle anunció que renunciaría a su posición mayoritaria como presidente de Blanco y Negro SA. Es el epílogo de una acción anunciada, el fin de un tortuoso camino ambivalente como encargado mayor del deporte chileno y además accionista principal del principal equipo de fútbol profesional del país (casi me equivoco y escribo Club de fútbol profesional del país).

Así la nomás es la cosa, su pelea con Harold, un choque de egos y de billetes, su estilo diferente (muy de SA, muy poco de fútbol) al medio, su modelo más enfocado al resultado operacional antes que al resultado deportivo, todo eso llega a su fin. Y el punto de interés aquí es el siguiente: El seductor poder del servicio público es absoluto. Nada que hacerle, el verdadero poder, aún en un país privatizado como Chile, solamente se encuentra en el sector público. Vaya a saber uno por qué!!! Yo soy muy bienpensante como para imaginarme algo claro al respecto, vaya ud. señor lector a sacar sus propias conclusiones.

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